martes, octubre 27, 2009

LA RELIGIÓN COMO MEDIO PARA LA SOLUCIÓN O LA EVASIÓN DE CONFLICTOS Y/O PROBLEMAS COTIDIANOS.

La religión, cuando asume un papel de mediador de conflictos, tiende a generar que los intereses que estan o esten en disputa se concilien, pero esta manteniendo latente o simplemente difiriendo dicho conflicto; la cuestión de la resolución de dichos conflictos no debiera (ser, en primera instancia) estar supeditada a la fe, sino en la política, ya que el poder, desde todo punto de vista, deba ser quien dirima y logre establecer pautas para la consecución de uno o varios intereses que esten en común acuerdo dentro de la sociedad, muy en particularmente los que atañen a la opinión general y sean de interés público, por eso es muy particular el asunto de las relaciones personales y familiares que una persona tenga dentro de determinado contexto social que, permitendo que esta se alinee en determinada situación, tal el caso que muchas veces las situaciones cotidianas que vivimos tratamos, por lo general, no buscar una solución por la vía conveniente (o políticamente correcta), sino que se asume como valedera (cuando pudiese ser), la opción de la cuestión religiosa dentro de la vía resolutoria de conflictos, lo cual es subjetivo por donde se lo vea, pero sin duda puede acarrear problemas serios de identidad política en el sentido que no se podría apelar a cuestiones como los tipos de comunicación para poder dirimir los conflictos; en estos casos, la apelación a la cuestión religiosa tiene muchos que ver con la "fe" que tanto las personas ponen en determinada doctrina la resolución de dichos conflictos, como violencia intrafamiliar, drogadicción, alcoholismo, el problema del pandillerismo, ect.

El problema generado dentro de la adopción de una religión como vía resolutoria de conflictos emana en el hecho de que puede alienar al individuo de su situación "real" de convivencia pacífica y armónica que debería ser en toda sociedad políticamente ordenada, ya que esta debe ser parte fundamental de toda cultura de un individuo, pero como dirimente de asuntos en donde la o la(s) cuestión(es) públicas deja mucho que desear, ya que apela a un sentido más de control sobre individuo en el sentido de manipulación de la fe que como ente generador de pensamiento; también es imposible pensar en la posibilidad de dar un voto de apoyo a determinados sectores religiosos que asumen como propios cuestiones en las cuales se toma partido como si fuese que estuviésemos en la Época Medieval, en donde la sociedad era totalmente estamentaria y petrificada, sin opción a cambio y en la cual las instituciones religiosas vetaban toda posibilidad de cambio y prohibían el libre pensamiento; en el Ecuador se vivió esa idea cuando se "ideologizó religiosamente" (tanto que se abordó desde la acción temas de moral individual como prioritarios antes que asuntos públicos o cuestiones sociales) un tema tan importante como la aprobación de la Carta Magna aprobada en Montecristi hace aproximadamente un año, esta situación hizo que temas polémicos como la homosexualidad, el matrimonio entre los mismos y el aborto sean temas de relevancia para la sociedad ecuatoriana, lo son cuando estos temas son debatidos en el sentido científico del cual deben ser tomados, sin embargo, estos fueron tomados como lanza con el único propósito de evadir cuestiones públicas que, en última instancia, decidirán a todo el conglomerado de una sociedad; de que los temas mencionados al inicio son decisivos, por supuesto, pero estos deben dirimirse individualmente, ya que es una cuestión privada que atañe única y exclusivamente al individuo y como mencioné, cuando se lo toma a nivel general, debe hacérselo en la esfera pública correspondiente.

Se asume por otra parte que, individualmente, la objetivización de todo el conglomerado debe estar guiado por una guía que deba ser el ordenador de todo norma que riga la moral y las buenas costumbres de una sociedad; esto es malo por donde se lo vea, ya que no puede ser posible que, bajo la visión de una persona, se asuma como real la situación de la realpolitik que deba existir en toda sociedad políticamente organizada, con instituciones y tipos de comunicación como el derecho o la economía, deban estar dirigidas por el tema religioso, que si bien como un regulador de conducta (Cuando un individuo no comete un crimen puede decir esto: "a mi no me importa ir a la cárcel, pero no lo hago por temor a Diosito) es fundamental en el desarrollo de todo un andamiaje cultural (Y que en el Ecuador supera de lejos ese tipo de situaciones), no implica que deba el individuo asumirlo como una opción valedera para evitar resolver "sus" problemas cotidianos como medio para evadir su responsabilidad frente a aquellos o aquellas las cuales trabaja en función o dependen de una u otra manera en cualquier hecho y en cualquier rol o estatus en la cual se encontrarán él o aquellos o aquellas mencionadas en cuestión. La espera de ver a las ovejas guiadas por el pastor no es síntoma de avance, sino de retroceso.

Es imperioso saber que la religión como ente civilizador ha cumplido un papel muy cuestionado, pero ese cuestionamiento basa en el hecho de que, por ignorancia o mala fe, sus preceptos estén dados bajo el la premisa de defender una identidad política interna que desarrolla todo un engranaje que sostiene una doctrina: el Cristianismo tiene su base teórica en el pensamiento político de Agustín de Hipona (Quien fuera Padre de la Iglesia), la cuestión de la expansión de la religión en mención con los Concilios de Nicea en el 325, Constantinopla en el 381 (Donde se ratificó los acuerdos de Nicea y también en el 553 se convoca a un Concilio ecuménico) y el convocado en Éfeso en el 431 (también ecuménico), concilios que sustentaron la base de la "Patrística" y el pensamiento de San Isidoro de Sevilla y de Santo Tomás de Aquino.





Fuentes:

- Síntesis histórica del pensamiento político de Tomás Mancheno Avilés, páginas 137 a 154.

- Historia Universal, La Alta Edad Media y el Islam, tomo 7, La expansión de la religión cristiana, capítulo uno, páginas 16 y 17, Editorial Sol 90, 2004.

jueves, octubre 15, 2009

DE LA GLORIA A LA DECEPCIÓN EN LA SELECCIÓN ECUATORIANA 2009.


Es fácil construir, pero es mucho más fácil destruir lo hecho; en el caso concreto, la selección ecuatoriana de fútbol toco el cielo y el infierno gracias a su nula capacidad de definición.

En casi todas su líneas, la selección es muy superior a muchas selecciones sudamericanas: en defensa se tiene a un legionario que se entrega como Iván Hurtado; en el medio esta un jugador que en la liga local a demostrado fortaleza y temperamento como Fernando Hidalgo; en el lado derecho se tiene al que se considera el segundo mejor jugador en su puesto, me refiero a Luis Antonio Valencia. Esta selección tenía la capacidad necesaria de luchar jugando hasta el final sin acusar desgaste, debido muy particularmente por el hecho de que la mayoría de los jugadores juegan en la altura, y cuando estos van al llano juegan con bastante "pulmón", sin embargo, en la delantera se pago caro por la incapacidad de Cristián Benitez, particularmente, de no ser capaz de definir ante situaciones que se consideran extremadamente fáciles: ante Brasil y Paraguay, partidos claves jugados en Quito, erró aproximadamente 10 oportunidades el solo; ante Uruguay desperdició claramente 2 opciones (de 3), que hubiera cambiado radicalmente la situación final de las eliminatoria, en la cuales Argentina, de la mano de Diego Maradona, clasificó venciendo en Montevideo a Uruguay por la mínima diferencia.

Pero, ¿Solo es culpa del delantero? El culpable sin dudar es la Federación Ecuatoriana de Fútbol que no asumió el momento relevante que estaba pasando el fútbol ecuatoriano y contrata a Sixto Vizuete-cuyo mayor logro fue la medalla en los juego panamericanos de hace 2 años-quien no tuvo la capacidad técnica necesaria y el liderazgo que inclusive fue cuestionada por 2 jugadores ecuatorianos en su momento; también se notó su incapacidad en el momento de los discursos: cuando le toco dirigir su primer partido ante Francia en un amistoso, el dijo que iba a perder por la mínima diferencia, ¿Como puede asumir un liderazgo u obtener respeto si dice que van a perder por la mínima?

La afición en Quito en la derrota ante Uruguay hubiese sido el momento de pedir los cambios necesarios, pero asumieron una posición de Penélope: esperar hasta ver que viene, irónicamente, fue el poco impulso de la misma afición (¡cuanta diferencia el empuje que tiene la hinchada del Barcelona S.C!) que fue hasta el minuto 40 del final del partido cuando coreaban el "si se puede" cuando debía haber sido desde el inicio.

Lo bueno es que hay recambios generacionales necesarios para poder afrontar las próximas eliminatorias, con un cambio en la dirección técnica y si es posible, un cambio en la estructura dirigencial, quien ya cumplió su ciclo, pero es el momento de pensar en grande, y no sólo pensando en la pérdida que abarca no solo el económico, sino el social y el cultural que implica no ir a un mundial.

lunes, octubre 12, 2009

¿PORQUE Y PARA QUE LA EPISTEMOLOGÍA DE LA CIENCIA?


Como es sabido, la concepción de la historia de las ciencias se han extraídos de los éxitos obtenidos de ella: su historia se concibió como una constante acumulación de verdades, como si su descubrimiento comportase una profundización cada vez mayor a la verdad.

Así fue hasta que llegó Thomas Kuhn, el historiador de la ciencia. En sus investigaciones, Kuhn se dio cuenta de que las ciencias también habían llegado a muchas conclusiones disparatadas y que la refutación de estos disparates había contribuido a su progreso. La ciencia no podía, pues, concebirse exclusivamente como una acumulación de verdad, sino que también debía entenderse como una acumulación de disparates. Por ejemplo, entre 1670 y 1770 se creyó que todas las sustancias combustibles contenían flogisto, que se desprendía de ellas en la combustión. Esta suposición fue sumamente fecunda y posibilitó muchos descubrimientos, pero era un disparate: el flogisto es tan real como el «yeti».

Cuando Thomas Kuhn profundizó en este problema, descubrió que las ciencias habían progresado de forma muy distinta: su progreso no había consistido en una constante acumulación de verdades, sino en una serie de legislaturas con salvajes campañas electorales y continuos cambios de gobierno.

Kuhn puso de manifiesto que en cada ciencia hay teoría dominante, que se basa en una serie de conceptos guía; que se complementan entre sí y en unos supuestos implícitos. Estos supuestos se tienen por algo obvio, por una evidencia que no necesita fundamentación. Son los que hacen posible el consenso científico. Esta red de conceptos y supuestos rectores es más que una teoría y menos que una cosmovisión. Kuhn la denomina «paradigma», que en griego significa modelo o ejemplo. En su actividad investigadora, la mayoría de los científicos confirma el paradigma dominante. Constituyen, por decirlo así, el gobierno y hacen ciencia normal.

Pero, junto a ellos, va formándose una minoría de inconformistas que se sienten fascinados por problemas que hallan solución en el seno del paradigma dominante. Naturalmente, el gobierno los mira con desconfianza y los relego a la oposición. Ésta va acumulando hechos y reuniendo adeptos hasta que arremete contra el paradigma dominante, toma el gobierno, impone su teoría como el nuevo dogma científico y difunde el newspeak científico (el nuevo lenguaje de la ciencia).

En estos casos, Kuhn habla de revoluciones científicas. También podríamos hablar de un cambio democrático en el que, después de una larga campaña electoral, la oposición consigue derrocar al partido en el poder y se hace con el gobierno. Para los miembros del antiguo gobierno, este proceso es sumamente doloroso, pues echa por la borda toda una vida dedicada ciencia. Por eso defienden hasta la muerte el viejo paradigma. El principio del flogisto no se abandonó hasta que prácticamente se disolvió por sí mismo. Desde un punto de vista personal, ciertamente esta obstinación demuestra el carácter doctrinario de los científicos instalados en el paradigma dominante, pero favorece el progreso de la ciencia, pues obliga oposición a hacer una investigación sólida. Naturalmente, el nuevo paradigma permanece en el poder hasta que vuelvan a adquirirse nuevos conocimientos que no encajan en él, después empieza de nuevo todo el proceso.

Las investigaciones de Thomas Kuhn fueron también revolucionarias, pues hicieron estallar el viejo paradigma del progreso rectilíneo de la ciencia. Kuhn transformó radicalmente nuestra concepción de la ciencia y a partir de él sabemos que la casa de la ciencia no es un monasterio habitado por ascéticos monjes que investigan en armonía y que se reúnen regularmente en los congresos para rezar en común y alabar al Señor. La ciencia es más bien un ruidoso parlamento lleno de controversias y debates. En él, el gobierno es bombardeado con descubrimientos de la oposición que contradice la doctrina oficial y se ve forzado a defenderse de la oposición con la artillería del paradigma vigente: le reprocha qué, basándose simplemente en un par de anomalías que todavía habría que clarificar, pretenda echar abajo una teoría sólida y sembrar el caos y la anarquía.

Es decir: muchas veces la ciencia no ofrece seguridad, sino todo lo contrario. La ciencia, como la democracia, se desarrolla en forma de comedia: el líder de la oposición seduce contra la voluntad del viejo soberano a su hija; al electorado, lo pone de su parte gracias a su carisma, sus promesas y su juventud; somete al viejo a una terapia cómica a través de la campaña electoral y logra que éste, en la noche de las elecciones comprenda que debe entregar a su hija al joven héroe, que se pone al frente del gobierno y releva al antiguo soberano. En la boda del nuevo gobierno con el pueblo, la sociedad dividida acaba reconciliándose consigo misma. Por eso es controvertida y a menudo polémica, y el lugar de la polémica se da en las notas al pie de páginas de las obras, lo que hace que estas no siempre sean aburridas, limitándose a justificar por enésima vez lo que ya sabemos. En algunas de ellas se libran interesantes combates.

En algunos casos, las revoluciones que permitieron la implantación de un nuevo paradigma fueron tan espectaculares, y los nuevos paradigmas tan importantes, que trajeron consigo un profundo replanteamiento de áreas decisivas del conocimiento humano y se convirtieron en las bases de nuestro saber. (Schwanitz)

Lo anterior mencionado me sirve fundamentalmente para expresar el interés necesario que todo estudiante de sociología (y de todas las ciencias si es posible), deben tener en cuenta sobre el tema de la epistemología, ¿Por qué?, porque dicha ciencia sustenta con criterios de verdad, el conocimiento crítico y científico que debe tener toda ciencia para que esta puede ser considerada “útil” dentro de cualquier área en la cual se desenvuelva, más aún aquellas que estudian con mayor profundidad a la sociedad, ¿Por qué?, por estas estudian todo el comportamiento en el cual se rigen los fenómenos sociales como el fútbol, la política, la religión, las interacciones personales, los conflictos empresariales…la lista es interminable.

La sociedad humana es un entramado complejo, ya no es una caja de resonancia en la cual, una institución podía manipular a su antojo las estructuras en las cuales un sujeto estaba establecido de por vida (como se dio en la Edad Media), ya que si tu nacías artesano, artesano morías, lo cual era la mejor demostración de esa sociedad tradicional del Ancien Régime que todo era estamentario, segregacionario y petrificado sin modificación alguna; eso cambió, y el pensamiento ilustrado del siglo XVIII permitió la luz del mundo, ya que le mostró a la gente común el poder de cambiar su destino por medio de esa ágora mental que llamaban Razón que le otorgó a cada uno el poder de elegir que hacer y qué no hacer.

¿Y porque es la epistemología ese campo que “iluminó” al ser humano y con qué objetivo específico? Porque es la epistemología de la ciencia la que sustenta el origen del conocimiento de todo lo que uno tiene: como conoces lo que conoces, como produces tu conocimiento, como los justificas; ya que las cosas que existen no se dan sólo por azar, sino que están marcadas en la forma de cómo puedas adquirir y comprendas ese conocimiento, no en vano las escuelas epistemológicas como el Racionalismo, el Formalismo, el Empirismo, el Pragmatismo, el Materialismo Dialéctico, el Positivismo lógico, el Funcionalismo y el Estructuralismo y todas las ramas que nazcan de las mencionadas den pautas, como guías, para que el conocimiento que adquieras no sea un disparate, como bien logró descubrir Kuhn en sus investigaciones, sino estén sustentadas (Y como toda ciencia), en criterios reales que estén a la altura de la necesidad y del momento y no sirva para el beneficio de unos pocos, sino sea para el beneficio de todos.




Fuente:

Dietrich Schwanitz, Cultura, todo lo que hay que saber, “El progreso de las ciencias”, páginas 539-542. 2006