jueves, diciembre 01, 2011

LA PERCEPCIÓN DE LA HINCHADA SOBRE LAS HINCHADAS. UN PUNTO DE VISTA.

Bueno, un grado de aceptación popular de un equipo se mide, desde mi percepción, por como goza de seguidores que vayan y vengan a todos lados, estén informados de todo el acontecer deportivo de los mismos y generen ideas para el beneficio del mismo, en ese sendero, es imprescindible destacar que no todos tienen el mismo nivel de aceptación, lo cual es un problema en última instancia y lleva a cometer el error básico de que como "somos más, somos los mejores", lo cual es lo que menciono; en todo caso, la lógica de percibir lo relacionado con esto no es más que un debate vacío de ideas que al final lo único que genera son fanatismos que pueden ser perjudiciales para el mismo club.

En esta última parte, la realidad sensitiva es que no todos los que asisten a un espectáculo futbolístico deben estar relacionado emocionalmente con un club deportivo, pues eso nos puede dar un grado equívoco de lo que es el "mundo objetivo" (Durkheim) de cómo se han dado las cosas y, en último caso, estar al vaivén de opiniones sesgadas que no son relevantes al caso; especial énfasis puede ser el mérito de aquellos que son espectadores puros que observan al fútbol como lo que es: como un fenómeno social.

Una de las implicaciones de que las hinchadas no crucen el umbral del fanatismo (esa línea es extremadamente fina) es el hecho que crean (en muchos casos con fundamento), en que hay una parte del periodismo suele asumir el hecho de que, cuando comenta, lo hace con el prisma del "color": lo hacen con la crítica negativista hacia un club y, por ende, las "hinchadas" asumen que defienden al equipo contrario y viceversa como un claro sesgo de que les caen mal. Percepción no errada, pero falaz en última instancia.

Muchos periodistas comenten un error (de mi parte puede que se vean afectados en su credibilidad), de que son hinchas de x equipo, y los otros asumen una posición correcta de defensa y dicen: "ese periodista se equivoca, pues apoya a x equipo y le da duro a y"; posición que se ve reflejado muchas veces en actos vandálicos que son transmitidos en la acción social de una manera muy rápida (pues las interacciones en estos grupos sabe ser muy activa y los lazos jerárquicos muy estrechos), que cuando ya el mismo acontecimiento se da, las rasgaduras de vestidos siempre están presentes, y el gran perdedor es el hincha no fanático y los espectadores, que van a ver un acto deportivo de primer nivel, pero se encuentran con este engranaje vicioso que termina siendo muy peligroso y que su sutilidad está enmarcada en el accionar de la mayoría o del micrófono, sea cual sea la tarima asumida por el otro.

¿Cómo evitar ese "engranaje vicioso"? Desde mi posición, siempre mantengo una posición crítica a determinados clubes, en especial dos, pero no asumo una posición beligerante ni tampoco los llego a tomar con ligereza su status actual, asumo el hecho real de que, cuando hay un conflicto de intereses o, en el mundillo lógico, las clásicas peleas de barrio en redes sociales (Esto es ahora el nuevo campo de batalla), ser facilitador y mostrar que, tanto el uno como el otro tienen que comprender que el respeto y la educación hacia el equipo que no es de su agrado debe tener, para que, cuando esto se haya dado como un proceso de culturización natural, los que insultan al otro equipo dejen de hacerlo, y vean que los problemas son más de ámbito general; el periodismo también debe trabajar duro y no caer en el error del novato de dejarse manejar por el impulso que es naciente y propio, pues no se puede dejar de apoyar a un equipo, pero el micrófono puede generar alegrías o despertar odios que no son para nada beneficiosos.

El trabajo es largo, pero creo que puede ser un aporte pequeño en ese derrotero en el que hay mucha tela que cortar.