sábado, febrero 02, 2008

Bolívar y Guayaquil


Bolívar no quería a Guayaquil ni a los guayaquileños; pero conocía perfectamente su importancia económica, estratégica y patriótica, por eso, a los pocos días de su llegada a Quito, luego de la batalla del Pichincha, con fecha 21 de junio de 1822 envió al Gral. Santander una carta en la que le dice que no puede permitir que Guayaquil se mantenga "...Independiente, triunfante e incendiaria con sus principios de egoísmo patrio" (¿puede llamarse egoísmo patrio el haber proclamado la independencia y luego regalarla generosamente a todos los pueblos de la Audiencia de Quito...?) por eso continua más adelante "...Me propongo, a la cabeza del ejército aliado, entrar a Guayaquil y transigir los negocios de Colombia o con el gobierno o con el pueblo" (ninguno de los dos aceptó y tuvo que imponerse a la fuerza).

Bolívar sabía que Guayaquil era importante para sus intereses, por eso dice a Santander "...Renunciar a Guayaquil es imposible, porque será más útil renunciar al Departamento de Quito…" Pero más adelante se expresa despectivamente tratando de minimizar su grandeza cuando afirma que "... el país de las fronteras con el Perú, es afeminado y nada militar... " ¿Cómo podía Bolívar expresarse así de una ciudad en la que nunca había estado, y menos aún de los guayaquileños, a los que por referencias del propio Sucre conocía sobradamente y sabía de su valor y virilidad, demostrados con sobra de méritos durante las campañas independentistas?

Definitivamente Bolívar no podía aceptar que Guayaquil se hubiera independizado sola y sin su ayuda, y menos aún que se haya constituido en un estado soberano y pretendiera mantener su independencia. Es por eso que más adelante -en la misma carta- entre varios argumentos le indica su voluntad de escoger a Quito como capital "... para que Guayaquil no sea capital del departamento y no tenga influencia en las provincias subalternas..." Indudablemente Bolívar no solo no quería a Guayaquil, sino que además, temía los conceptos autonomistas y republicanos de los guayaquileños.

El 31 de julio de ese mismo año, luego de apoderarse de Guayaquil, Bolívar publicó una proclama, en la que en algunas partes dice:

"Guayaquileños...vosotros os veías reducidos a la situación más falsa, más ambigua, más absurda... (¿Era falso, ambiguo y absurdo el que Guayaquil hubiera proclamado su independencia y se hubiera constituido en un Estado soberano...?) ...Vuestra posición (ser un Estado soberano) era un fenómeno que estaba amenazado por la anarquía (¿De qué anarquía habla Bolívar, si la República de Guayaquil estaba gobernada por la figura gigante de uno de los hombres más notables e ilustrados de la época: el repúblico y constitucionalista Dr. José Joaquín de Olmedo?); pero yo he venido, guayaquileños, a traeros el arca de salvación" (¡que engreimiento!).

"Guayaquileños, vosotros sois colombianos de corazón..." Que equivocado estaba Bolívar. Los guayaquileños siempre quisieron ser libres, independientes y soberanos; su deseo -indiscutible- fue el de crear un gran Estado, el Estado de Quito, cuya capital sería, lógicamente, Guayaquil.

Bolívar no lo permitió.





Fuente: Bolívar y Guayaquil, Historia del Ecuador, diario El Universo, página 96