martes, diciembre 28, 2010

UNA SOCIEDAD DESEMPLEADA ES UNA SOCIEDAD QUE QUEDA A MERCED DE LA DELINCUENCIA; UNA SOCIEDAD DESARMADA ES UNA SOCIEDAD TEMEROSA DE SÍ MISMA.


Así es, aún cuando muchos altos ministros de Estado del Ecuador digan lo contrario (y particularmente aquellos de está mal llamada revolución ciudadana), la sociedad de este país ha perdido la paz, valor que gozaban en otros gobiernos que, si bien estaban plagados de corrupción, nunca se olvidaron que el empleo era fundamental para poder darle la oportunidad de desarrollarse al ciudadano; en este gobierno encabezado por Rafael Correa prima el desempleo, campea la corrupción, deficientes atención directa del ciudadano que ha implicado en altos índices de delictividad como nunca visto, pero para ti, ciudadano común, que trabajas diariamente, que no gozas de guardaespaldas ni de protección antibalas ni cosa parecida, debes lidiar todos los días a pie con el temor de que a la vuelta de tu propio hogar te quiten lo que te has ganado con el derecho justo de tu trabajo; derecho justo que este gobierno te lo ha quitado y a privilegiado apoyando la libertad de los delincuentes; hoy, en estos momentos, se debate en reformas para poder cambiar la situación en su afán de detener el auge delictivo (hasta incluso pensar llevar algo lógico a Consulta Popular), el problema no está en aumentar la cantidad de años la pena máxima que debe tener una persona que comete un acto delictivo en la cárcel, sino en las pocas oportunidades que estos tengan para poder insertarse en el sector laboral de este país.

Decir que el hampa se perfecciona cada día que se lo combate es una verdad a medias, pues ciertamente cuando a los delincuentes se los combate estos buscan mejores técnicas para desarrollar dicha actividad, pero, ¿Porqué se han esfumado las oportunidades que mencioné arriba? Se busca lo fácil para acabar con lo fácil, cosa normal en sociedades que gozan ya del temor por su propio desarme, logro de este gobierno que ha dejado en manos de la delincuencia a esta sociedad que gozaba de paz; y esa sociedad desempleada es una sociedad que tiende a corromperse, merced del mismo auge delictivo que, ante dicho temor, debe ceder la paz y refugiarse en lo más profundo de su ser para no mostrar su temor. 

Ármate pueblo, no dejes que la delincuencia te robe tú paz, pues sí no lo haces tú, los de arriba poco o nada harán por ti. Mereces tener el país que alguna vez lo fue.

jueves, diciembre 09, 2010

SOCIOLOGÍA DE LA NAVIDAD: FUNCIONALIDAD DE LOS REGALOS Y/U OBSEQUIOS.


Tuve la oportunidad de leer un artículo sobre sociología del regalo escrito Por Óscar Vinueza A. y Publicado el 27/Diciembre/2009 | 00:05 en el diario Hoy de Quito. En este se afirma que "Quien obsequia es a su vez obsequiado. Importante no es solo el regalo, sino el motivo del regalo y el efecto sorpresa..." Muy ciertamente tiene muchos que ver también en la capacidad de adquisición de quien otorga dicho obsequio y/o regalo, el gusto de quien lo recibe, que es lo que se va a dar en cuestión del mismo gusto, etc.

En primer lugar, los regalos y/u obsequios siempre tienen como finalidad esa "motivación" por parte de aquel que la da y de quien la recibe, pero en algunos casos, las expectativas que se podrían generar varían en cuanto el gusto de aquel que recibe: no todos saben la importancia de una sorpresa en la medida de "qué" es lo que se va a dar; por consiguiente, termina afectando en parte un criterio de quien ha recibido el regalo, pues se genera la idea de "poco conocimiento que supuestamente debe tener aquel que da", sin duda, esta premisa parte por el lado económico, aunque en algunos casos, ese "poco conocimiento" no es dable en los gustos, pues no todos son similares, y varían en cuanto sujetos culturales universales se esté imponiendo como una moda en ese momento o, por otro lado, el que obsequia lo hace sin saber nada del gusto del que recibe: en el caso de las mujeres, un hombre debe ser sutil en regalar u obsequiar algo que resalte la imagen de la femineidad en ellas, mi sugerencia apela a las agendas o los collares, que son muy importantes y muy valorados por una mujer; en el caso masculino, las mujeres tienen mayor sutileza: dan desde ropa interior hasta objetos tecnológicos que resaltan lo importante que puede ser aquella persona que lo recibe.

Estos obsequios cumplen (sugeridos, aclarado), como un objetivo de ser funcionales en la medida de lo que se quiera dar, pues un collar una mujer lo usará de manera constante, como una agenda; en la parte de un hombre, los artículos tecnológicos y las ropas interiores resaltan la importancia que tienen ellos consigo mismos; no se puede dar algo que, aparte que no le guste a una persona, tampoco la vaya a usar en el peor caso de que le guste, aunque esto pasa por un aspecto subjetivo, siempre un patrón de conducta diaria de observación de aquellos o aquellas a los cuales se va a dar dicho regalo u obsequio sea importante en la medida de su uso. Lo contrario sería no sólo desconocer a aquel que se obsequia, sino generar una cultura de lo disfuncional, que termina siendo negativo en el aspecto económico y cultural.