jueves, mayo 28, 2009

LA MORAL DE ALBERTO CUTIÉ O COMO ESCABULLIRSE DE LA REALIDAD DEL "HOMBRE NORMAL" APELANDO AL "CAMISETAZO" DEL PODER ECLESIÁSTICO.

Así es, el día de hoy, 28 de mayo, el cura Cutié se ha cambiado de bando. Y no es literal por si acaso.

Cutié, quien sabe perfectamente el poder que le otorga la jerarquía eclesiástica, abandonó la Iglesia Católica y se fue a la Episcopal, ya que aduce que desde allá puede formar una familia, posibilidad negada por la primera Iglesia, y seguir sirviendo ha aquellos que siempre ha guiado...pero desde la otra Iglesia.

Ante esta situación (grave para la ciudadanía en general), es que da a Cutié la misma capacidad de margen que tuvo con la Iglesia Católica; no es que sea muy favorable el hecho de que se haya ido a la Iglesia Episcopal, sino que, al abandonar la primera, debía haber asumido un comportamiento noble, en este caso, y por la lógica de los hechos, se pensaba que tanto amor le profesaba a la dama de la cual dice estar enamorado que iba a constituirse como un hombre normal (cosa que hubiera sido una plataforma político-civil de gran interés), como se ha mencionado en un tema anterior (*), sino que, guiado por su mediatismo y el poder que ha obtenido desde la curia eclesiástica, abandona dicha lógica, y asume el otro lado de la cosa, cosa que es muy similar, ya que lo único que ha hecho es solo cambiar de camiseta, sin perder el poder que le otorga la curia eclesiástica, poder que no se da desde el pontificado (el cual abandonó), sino por la carga mediática en el cual giraba todo este meollo. Fácil la tuvo, o, como es común, no ser alguien que asuma su postura frente a la sociedad en la cual esta circunscrito.

Es lamentable esta situación debido a que el señor Cutié podría considerar que manejaría la cuestión del Celibato desde esa idea (la de ir al otro lado, pero solo al "camisetazo"), error de cálculo. El lo que ha hecho es no perder su poder mediático (y civil, que es el que realmente importa) y su poder eclesiástico, que granjeó durante su tiempo como célibe, era más fácil cuestionar a la Iglesia Católica si el renunciaba a la misma institución, hubiera sido hasta apoteósico ese escenario (hasta Benedicto XVI lo hubiera seguido en esa lid con su idea de que los condones no ayudan en nada a prevenir el SIDA); al fin y al cabo solo se modificó el escenario, obviamente tendrá menos mediatismo, pero a la larga seguirá (y con su gusto personal, ya que la cuestión de célibe jamás fue de su agrado, y debía asumirla si estaba interesado en ser cura en su momento), con la capacidad de seguir, lamentablemente, guiando a las ovejas, como buen pastor, lástima que estas no libre piensen, sino ya hace rato estuviera out con su idea de criticar al Celibato, pero desde otra institución eclesiástica. Mejor no pudo ser, aunque para esto es mejor abstenerse que usar condones, ¿Verdad Benedicto XVI?

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